“Me pusieron mis primeros esquís con 2 años. Siempre había practicado esquí alpino pero sin competir, hasta que un día me fui con mi padre a dar una vuelta con los esquís de travesía por el Valle de Sabocos y me encantó”.
Allí comenzó su afición por este deporte que perfeccionó en la escuela Ixarso de la Federación Aragonesa de Montañismo. “Accedí con doce años. Me entrenaban Fernando Navarro y Rubén de Dios. Aprendía y me divertía. Recuerdo empezar lejos del nivel de los otros y como Rubén se quedó conmigo toda una mañana hasta que aprendí las vueltas María.”
No le costo mucho alcanzar el nivel del grupo y dos años después pasó la selección al Grupo de Tecnificación Aragonés (GTEMA) en el que continua a día de hoy.
“Recuerdo las pruebas de acceso en Candanchú, tuvimos que hacer una cronoescalada de 400 metros en la que quedé el primero de los aspirantes, luego bajadas fuera de pistas y alguna transición.”
Hace un par de temporadas se proclamó campeón de España por parejas (U16) y la pasada volvió a repetir pódium en su debut en U18, aunque un 5 puesto en la general no le fue suficiente para clasificarse para los europeos.
Este año, después de una excelente temporada, cumplirá uno de sus objetivos participando en el campeonato del mundo que se celebrará en Boi Taüll entre el 27 de febrero y el 5 de marzo.
“No sé los rivales que me encontraré, pero sé que España es una potencia en el Sprint. Pienso en llegar a la semifinal y si se puede, meterme entre los mejores. En la vertical e individual iré a disfrutar y coger experiencia” añade.
Sin duda un orgullo para el Valle de Tena, que ve como cada año crece la afición por este deporte que será olímpico en 2026, algo que no pasa desapercibido para Miguel que aunque reconoce que sería su sueño llegar hasta allí, afirma ser consciente de todo el trabajo que queda por delante.