Pensar en Formigal es pensar en la estación de esquí, y no es para menos, sus 180 km esquiables y su amplia oferta de experiencias en la nieve, la posicionan como el destino referencia para los amantes de los deportes de invierno.
Pero Formigal es mucho más que eso, con sus apenas 200 habitantes, alberga algunas de las joyas más preciadas del Valle de Tena.
Si tú también eres de los que piensan que Formigal es solo una estación de esquí, sigue leyendo porque esto te va a interesar:
UNA JOYA DE LA ARQUITECTURA
«El paisaje de Formigal había cambiado. Una iglesia románico-mozárabe de principios del siglo once, rica y austera a la vez, dominaría desde entonces, en perfecta armonía, una urbanización moderna, lujosa y confortable».
Son las palabras de epílogo del libro «Piedras en el Cielo. De Basarán a Formigal» escrito por José Hidalgo Rodríguez, que relata la historia del traslado y recuperación de este antiguo monumento religioso piedra a piedra, desde el deshabitado pueblo de Basarán hasta Formigal.
La iglesia del Salvador de Basarán, de estilo prerrománico-lombardo, se reconstruyó según su planta y alzado originales, manteniendo su gran arco interior, producto de una ampliación del S XVI, con sus dos ábsides, uno central y otro lateral. El único retoque o innovación fue la torre, que al encontrarse la original prácticamente derruida , se optó por construir una torre del mismo estilo que la iglesia de Lárrede (centro de interpretación de las Iglesias de Serrablo).
UNA JOYA DEL ENDURO – MTB
Formigal es el inicio de un espectacular recorrido 100% endurero, que recorre el Valle de Tena de norte a sur, en una ruta lineal paralela al cauce del río Gállego: Super Enduro Valle de Tena
34, 11 kilometros, en su mayoría senderos, con casi 1000m de desnivel solo apto para expertos. Uno de los mejores recorridos de enduro de todo el Pirineo.
Foto: MTBPro
UNA JOYA DE LAS MONTAÑAS
La Peña Foratata, una de las montañas más emblemáticas del Pirineo, preside Formigal rodeada de historias y leyendas que la hacen única e inconfundible:
LA LEYENDA DE FORMIGAL
«Anayet y Arafita eran tal vez lo dioses más pobres de la montaña. Les habían despojado de sus pinares y abetales, ni siquiera fresas o chordones poseían, sus ganados escaseaban y sus senderos se habían convertido en paso de contrabandistas.
Anayet y Arafita eran pobres pero trabajadores y honrados, poco les importaba que los otros dioses los despreciaran porque ellos en su pobreza eran felices. Es más, tenían un tesoro que por nada cambiarían: una hija preciosa, la diosa Culibillas, a la que el cielo dotó de todas las bellezas y cualidades entre las que destacaban el candor y la bondad…» leer más.
Foto: La Meteo que Viene
Para disfrutar al máximo de Foratata, hay varias rutas de senderismo señalizadas y vías de escalada con las que acceder a las que son sin duda, las mejores vistas del Valle de Tena.
Así que recuerda: la próxima vez que visites Formigal, no te quedes en blanco.