La Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala que tiene el honor de ser una de las dos primeras reservas de la biosfera declaradas en España, es una de las mejores representaciones de los ecosistemas de montaña del Pirineo, y en concreto de los sistemas naturales ligados a formaciones de erosión y glaciarismo, y extensas formaciones vegetales de singular valor. Asimismo, alberga especies de flora y fauna singulares dentro del contexto regional e internacional, muchas de ellas con algún grado de amenaza, cuya conservación es fundamental para el mantenimiento de la diversidad biológica.
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Declarada como tal por la UNESCO en 1977, contaba inicialmente con una extensión de 51.396 hectáreas, ocupando los territorios de la antigua Reserva Nacional de Caza de Viñamala, y la superficie del Parque Nacional de Ordesa anterior a su ampliación de 1982.
En mayo de 2013 es ampliada hasta alcanzar las 117.364 Ha extendiéndose por los municipios de Biescas, Hoz de Jaca, Panticosa, Sallent de Gállego y Yésero, en la Comarca del Alto Gallego, y por Bielsa, Broto, Fanlo, Puértolas-Escalona, Tella-Sin y Torla en la Comarca de Sobrarbe.
Las Reservas de la Biosfera son territorios que han sido reconocidas internacionalmente como tales en el marco del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO, cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. Se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos, en las cuales la integración de la población humana y sus actividades con la conservación son esenciales.
Flor Edelweiss
Colectivamente todas las Reservas de la Biosfera constituyen la Red Mundial de Reservas de la Biosfera como lugares de demostración que ofrecen respuestas eficaces a los nuevos retos, como la pérdida de los conocimientos tradicionales y la diversidad biológica y cultural, la demografía, la pérdida de tierras cultivables, el cambio climático y el desarrollo sostenible.
Las Reservas son también lugares de experimentación y de estudio del desarrollo sostenible. Deben cumplir tres funciones básicas:
- – conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas que contienen.
- – desarrollo de las poblaciones locales.
- – una función logística de apoyo a la investigación, a la formación y a la comunicación.
Para el cumplimiento de estas funciones las Reservas de la Biosfera deberán contar con tres tipos de zonas:
- – una o varias zonas núcleo, cuya principal función es la conservación.
- – una o varias zonas tampón que amortigüen los efectos de las acciones humanas sobre las zonas núcleo.
- – una zona de transición, donde se promuevan actividades económicas sostenibles para favorecer el desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales.
Aunque de forma diferenciada, todas las zonas deben contribuir al cumplimiento de todas las funciones de la reserva.